Si en la década pasada el nuevo urbanismo apostó por la generación de grandes proyectos de usos mixtos en zonas remotas y alejadas de las ciudades, en esta lo que estamos comprobando es que desarrollar proyectos de uso mixto también es posible dentro de la propia ciudad.
Los clusters aislados de las ciudades, a pesar de diseñarse con diferentes usos, no tuvieron el impacto deseado y que planteaba la teoría del New Urbanism. La realidad es que las personas no se desplazan a vivir necesariamente a los lugares cercanos a sus centros de trabajo. La oferta comercial y de entretenimiento suele ser limitada en estos núcleos artificiales de uso mixto. De ahí que no atraigan la masa crítica necesaria para su éxito.
Por el contrario, en los centros urbanos consolidados de las ciudades de todo tamaño, ya existe un ecosistema que cuenta con suficientes atractivos para todos los usos. Desde comercio tradicional, hasta una oferta cultural y de entretenimiento generada a lo largo de los años –o los siglos-. De manera que la vida urbana tiene todo el sentido y el componente residencial, por medio de fenómenos como la gentrificación, hace posible la convivencia plena de usos.
La regeneración de los centros urbanos combinando el uso comercial, residencial y las oficinas está cobrando un fuerte auge en muchas ciudades europeas. Los nuevos proyectos en estas áreas consolidadas ya consideran la diversidad de usos en un mismo edificio.
América Latina no es una excepción en la acogida de esta tendencia. Zona 10 en Ciudad de Guatemala o el incipiente renacimiento de Barrio Escalante en San José, son ejemplos de cómo la regeneración urbana también es posible en las ciudades del Nuevo Mundo.
Muchos de los nuevos proyectos están apostando por llevar ese uso mixto a áreas en donde ya existe una diversidad de componentes urbanísticos. Hablamos de proyectos más singulares y de menor escala, no necesariamente de la tendencia hacia las microciudades que hizo furor hasta hace unos años.
Con este tipo de intervenciones privadas de uso mixto experimentamos todo un cambio en la forma de entender los proyectos: integración con el entorno, rehabilitación de espacios o transformación de uso son algunos de los componentes de los desarrollos que más éxito tienen en la región.
Ahora bien, estos nuevos desarrollos mixtos urbanos requieren de una conceptualización más sofisticada para lograr su éxito comercial. Desde ajustar bien la mezcla de los usos, hasta ofrecer amenidades más allá de lo tradicional. Incluso al existir una integración con el medioambiente urbano, hablamos de la posibilidad de espacios privados mezclados con otros abiertos al público en general que transita por la zona.
La planificación de estos proyectos singulares es uno de los puntos clave de su éxito, porque hablamos de la intervención dentro de un ecosistema ya establecido. Generar un impacto positivo dentro del mismo es todo un reto que requiere una buena dosis de creatividad, pero también de respeto por el entorno existente.